Kaneki, el pibe que ahora es más oscuro que la cuenta bancaria después de las fiestas, decide mandarse solo a la guerra y se une a Aogiri Tree, una banda de ghouls medio mafiosos con ganas de armar quilombo a lo grande. Porque claro, pe, ¿para qué estar tranquilo cuando puedes meterte en problemas? Mientras tanto, sus amigos humanos y ghouls tratan de sobrevivir en un Tokyo que parece un campo de batalla con más sangre que ceviche mal preparado.

Aquí la cosa se pone más intensa: peleas con patadas voladoras, dilemas morales que te dejan pensando si el prota está loco o si todos somos una mierda, y una historia que se va oscureciendo más que tu ex que nunca responde mensajes. Pero ojo, esta temporada no es para cualquiera; si querías un final feliz y explicaciones claras, mejor agarra un paquete de pañuelos y prepárate para la montaña rusa emocional y la confusión nivel “¿qué pasó aquí, causa?”.