Después de sobrevivir al tutorial de Aincrad (que ya se volvió más famoso que tu excusa para no ir a trabajar), Kirito y Asuna se meten en el piso 3, donde la cosa se pone más oscura, más densa y con más política interna que una reunión de junta de vecinos en Lince. Aquí no solo se trata de cortar bichos, sino de lidiar con la presión de un gremio que quiere mandar y otro que quiere que lo dejen en paz, todo mientras te tragas diálogos que parecen sacados de una novela barata, pero con espadas y armaduras que brillan más que tu cara cuando te caes en la pista.

La peli es una mezcla de acción, drama, y “¿por qué no puedo dejar de ver esto?”, con escenas de pelea bien animadas y momentos emocionales que te van a hacer pensar si en verdad quieres seguir metido en esta telaraña virtual o mejor salir a hacer algo productivo (spoiler: no lo harás, ignorante). En resumen: más de lo mismo, pero con mejor cara y más intensidad.